domingo, 20 de enero de 2008

Addis Abeba, con los ojos de Kaktus

Foto:Kaktus
Un comentario que recibimos en el post anterior nos permitió conocer un blog muy recomendable, al menos la parte que se refiere a Etiopía. Se llama picancandopuertas y los escriben al alimón tres amigas. Una de ellas, que firma Kaktus, vivió durante tres años en Addis Abeba. Allí trabajó en un centro de día en uno de los barrios periféricos y míseros de la capital. Y de su experiencia en Addis han salido piezas muy interesantes, algunas conmovedoras, y además muy bien escritas.
Habla de la ciudad levantada en las obras del Milenio, de los partidos de fútbol que juegan en el centro, de las viviendas que se construyen, del sida y de los culebrones de la tele; de los night clubs de la ciudad, de las chicas que fuman, de los prejuicios y del machismo; de los faranyi, de los que vienen de las tierras altas, de cómo son las casas por dentro... Habla de Etiopía con un afecto desprovisto de condescendencia que nos gusta mucho. Si hemos de descatar alguno de sus comentarios, nos quedemos con el que titula Komche (2) y de cuya imagen nos hemos apropiado para ilustrar esta entrada.

Este es sólo el primer párrafo:

Asefa tiene diez años. Físicamente, parece un poco de Gambela (frontera con Sudán), pero es del mítico Welo. Llegó a la ciudad hace ya tres meses, pero parece que fue ayer. En su pensamiento, en sus hábitos, fue ayer. Asefa en el pueblo tenía tres vacas que se llamaban Trono, Halcón y Mestiza (ésta era manchada). Tenía también un toro que se llamaba Limón. Y un perro que se llamaba Tigre. Qué fantasía. No sabe leer ni escribir, pero, eso sí, de vacas sabe un montón. De ovejas, no. No es su especialidad. A pesar de sus conocimientos, Halcón y Mestiza se murieron. No llovía, me dice. Y tenían hambre. A Trono y Limón los vendieron. Tigre se lo quedó un hermano suyo que todavía vive allá”.
El resto (y sobre todo el final) no deberías perdértelo. Pincha aquí

Gracias Kaktus.

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