lunes, 29 de octubre de 2007

Abay, el primer coche etíope

Cuando, allá por los años 50, se instaló en Barcelona la primera fábrica de Seat, España soñaba con entrar en la modernidad. Galicia sacó un pie de los caminos enlodados cuando Citroën abrió en Vigo. Un orgullo parecido deben sentir estos días muchas personas en Etiopía. Sale al mercado el primer coche etíope. De momento es sólo el ensamblaje, porque la fabricación es china, pero por algo se empieza a levantar la industria. El nombre elegido es Abay, que es como conocen los etíopes el Nilo Azul. Lo monta y comercializa la sociedad Ethio-Holland Car Plc, una empresa participada al 50% por la alemana Trento Engineering y capital local. Las piezas del modelo las fabrica la china Lifan Industry Group, y la factoría está en Modjo, una ciudad situada a 65 kilómetros al sur de Addis Abeba. Todos los detalles del modelo etíope los podéis ver en la web de Holland Car y además enlazamos un vídeo de lanzamiento de la versión china de Lifan. El precio de venta es de 140.000 birs, unos 14.000 euros. Mucho dinero para los salarios etíopes, pero ¿acaso no era un sueño a mediados del siglo pasado llegar a poder compar un Seat 600? Si hay industria local es que aún quedan esperanzas en que emerja una clase media que pueda rescatar el país del empobrecimiento. Lástima que las buenas noticias vengan acompañadas de otras tan malas como los ecos de guerra en Somalia.

jueves, 25 de octubre de 2007

La cita de los niños listos

Hace unos días escribimos sobre James Watson, el premio Nobel racista. Reproducíamos una frase sobre la inteligencia de los niños de Etiopía, pero por la urgencia por escribir no supimos a quién atribuírsela. Maite nos saca de dudas y nos recuerda que correspon de un delicioso libro, Los caminos perdidos de África, de Javier Reverte. Ahí está, en la página 61 de la edición de bolsillo que tenemos nosotros. La frase es de Tefari, un taxista que condujo a Reverte por algunos de los vericuetos de Addis Abeba y que la pronunció después de un patinazo de testosterona. Claro que nosotros conocemos negros muy inteligentes y blancos bastante torpes. Gracias Maite, y disculpad la falta de precisión en el comentario anterior. Sobre Watson no ha cambiado nuestra opinión, y lo que es peor, creemos que él tampoco cambió su propia opinión sobre la inteligencia y el color de la piel de las personas. [Un anexo: hoy dimitió de su cargo en el laboratorio para el que trabajaba]

martes, 23 de octubre de 2007

Beyonce cantó en Addis Abeba


Seguimos con el Milenio. Finalmente Beyonce Knowles estuvo en Addis Abeba. Fue el sábado. Cantó ante 20.000 mil personas, se reunió con el presidente de la República, Guima Guiorguis, plantó árboles y deslumbró con su vestuario hecho a base de cristales, el mismo que le llevó a suspender su gira en Malasia porque en ese país les pareció una indumentaria demasiado atrevida. En el vídeo podéis ver cómo contó la televisión etíope la estancia de la diva. Su paso por el Palacio Presidencial nos recordó en algo a aquellos documentales antiguos de las visitas de Isabel II y otros mandatarios europeos al emperador Haile Selassie.

domingo, 21 de octubre de 2007

La nueva canción de Teddy Afro

Misi encontró en Internet la nueva canción de Teddy Afro. La estrenó con motivo del Milenium e incluye referencias a canciones populares que se cantan durante la fiesta de Enkutatash, el Año Nuevo etíope. Como dice Nate, el autor del canal de YouTube natidop en el que está el vídeo, es otra canción "sobre nuestra madre Etiopía que nos toca el corazón". Que la disfrutéis.

jueves, 18 de octubre de 2007

Avance hacia la vacuna contra la malaria

(Pincha aquí para ver el vídeo)

No van a ser todo malas noticias. Si la cruz la puso el Nobel racista James Watson, la cara corresponde al equipo dirigido por Pedro Alonso, un investigador español del Hospital Clinic de Barcelona, que anunció un gran avance hacia la consecución de la vacuna contra la malaria. La fase experimental desarrollada en Mozambique ha dado buenos resultados en las pruebas realizadas con bebés. De todos modos, aún habrá que esperar hasta la próxima década para que se generalice el uso del medicamento. Los estudios se realizan con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, que el año pasado recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación.
La malaria, que en los años sesenta fue erradicada de Europa y parecía controlada en buena parte del mundo, sigue matando en la actualidad a más de un millón de personas cada año. En Etiopía se estima que las muertes por el mal provocado por la picadura de la hembra del mosquito Anopheles superan las 100.000 anualmente, y se producen más de cinco millones de casos. El 45% de la población etíope está expuesta al paludismo.
Coincidiendo con los festejos del Milenio (la llegada del año 2000 se celebró el pasado 12 de septiembre), el Gobierno etíope, con la ayuda financiera de Japón, puso en marcha una campaña para distribuir 20 millones de mosquiteras en las áreas más afectadas del país y para difundir el uso del medicamento Coartem, el tratamiento que en la actualidad se considera más eficaz contra la malaria. La patente la tiene en exclusiva la farmacéutica Novartis y, con cierta frecuencia se dan problemas de desabastecimiento achacados a la escasez de la materia prima utilizada en su producción, cultivada paradójicamente en África. No es la primera campaña contra el mal que se desarrolla en Etiopía. Ya en el año 1962 se puso en marcha otra que si se recuerda por algo quizá sea por la curiosidad filatélica de la imagen pequeña, más que por su eficacia.
Esperemos que la vacuna llegue pronto y que las leyes de patentes farmacéuticas no impidan una aplicación masiva y rápida para erradicar una enfermedad que sólo mata ya a los pobres.

James Watson, premio Nobel, racista y necio

Se puede ser todo a la vez. James Watson, premio Nobel de Medicina por sus impagables aportaciones al conocimiento del genoma humano, nos lo demuestra con sus declaraciones. Afirma que los genes predeterminan a los negros para ser menos inteligentes que los blancos. Si la estupidez es lo opuesto a la inteligencia, habrá que concluir que el premio Nobel es estúpido. La comunidad científica está habituada a las sandeces de este profesor, al que replica Ángel Carracedo, un prestigioso genetista gallego, en un artículo que publica hoy La Voz de Galicia. Quizás los años de encierro en los laboratorios, mirándolo todo con la estrecha perspectiva del microscopio, le ha impedido relacionarse con los de su especie (blancos, negros... otras veces despreció a homosexuales, minusválidos). No ha sido capaz de entender las circunstancias en las que viven millones de personas ni la propia condición humana. Quizás una tarde con nuestros hijos y los vuestros lo sacaría del error. Tal vez un paseo con los niños de la calle de Addis Abeba le sirviese para cambiar una opinión tan poco inteligente sobre la inteligencia de los seres humanos. Si es que es un error y no una visión malintencionada de la realidad.
Si África está al fondo del agujero negro, no es por escasez de luces de los africanos. Hay razones, endógenas y exógenas, que un premio Nobel debería alcanzar a comprender. Y combatirlas. Ya no sé si lo leímos en algún libro o nos lo comentaba alguno de nuestros amigos etíopes, pero la frase es, más o menos, así: "Los etíopes somos unos niños de inteligencia muy viva , pero a medida que crecemos la vamos perdiendo". No es que tengan un contador que realiza la cuenta atrás. No, lo que sucede es que muchos, a medida que crecen, pierden la motivación por falta de oportunidades, por la ineficiencia de las instituciones de sus países y, con frecuencia, sufren las consecuencias de una deficiente instrucción y estimulación en las edades tempranas, y las secuelas de la malnutrición y de las enfermedades crónicas. Son las consecuencias dramáticas de la pobreza, no de la herencia genética.

jueves, 11 de octubre de 2007

50 billones de pesetas dilapidados en guerras


Las guerras en África se han comido, en quince años, 300.000 millones de dólares. Más de 50 billones de pesetas. Una cantidad similar a la que los países del continente han recibido en ayuda exterior, según un estudio realizado por Intermón Oxfam, Iansa y Saferworld. El informe, que te puedes bajar en formato pdf, revela datos como que el 95% de los kalashnikov adquiridos por países o guerrillas áfricanas proceden de países no africanos. O sea, el dinero inmerso en el círculo vicioso: la ayuda internacional se emplea para financiar la autodestrucción del continente, que se ejecuta con armas compradas a países donantes de fondos.

Las guerras que hubo entre 1990 y el 2005 (la de Etiopía y Eritrea es una de ellas) han recortado el crecimiento económico del continente un 15%, según el estudio. Los datos oficiales de los últimos años indican que la economía de Etiopía -sin conflictos armados declarados desde el 2000, cuando se firmó el acuerdo de paz con Eritrea-, está creciendo a un ritmo anual del 10% (España, por ejemplo, lo hace casi al 4%). ¿Cuánto hubiese crecido sin aquella guerra? ¿A qué ritmo estaría creciendo ahora sin las tensiones y los recuros militares empleados en Somalia y en la siempre tensa frontera de Eritrea? No son sólo cifras: el despilfarro en la guerra ha hecho aumentar hasta un 50% la mortalidad infantil, ha impedido ganar la batalla al sida o la malaria y arruinó el sistema educativo.

Por todo ello da pavor escuchar de nuevo que aumenta la tensión entre Etiopía y Eritrea, que su enfrentamiento se ha trasladado a suelo de Somalia, donde tropas etíopes combaten a las facciones islamistas junto al Gobierno provisional. Y por eso asusta escuchar el discurso del reelegido presidente de la República, Girma Guiorguis, que llama al país a estar preparado militarmente. La democracia requiere progreso y el progreso requiere paz. No puede volver a repetirse la sangría de los años 90.
Nota: La ilustración es de un comentario anterior en el que Misiker escribía sobre la paz.


viernes, 5 de octubre de 2007

El récord de Haile Gebrselasie en YouTube



Por algún motivo ha desaparecido el texto que habíamos hecho sobre la hazaña de Haile Gebreselasie el domingo pasado en Berlín. Lo que no ha desaparecido es la leyenda, cada día más grande. Aquí está el vídeo de la carrera en la que batió el récord del mundo de maratón. Y mientras, a ver si logramos recuperar el texto anterior y sus enlaces.

martes, 2 de octubre de 2007

Cuentos etíopes en amariña... y en galego

Casualidades de la vida. Nos pasa Ana un enlace muy interesante, el de la página de ethiopiareads.org, a través de la cual se pueden comprar cuentos infantiles etíopes escritos en amariña y en inglés. Uno de los relatos es el de Kilu Mammo (El tonto Mammo), una historia de la tradición popular etíope adaptada por Yohannes Gebregeorgis y que compramos en Addis Abeba, en la librería situada frente a la iglesia de San Esteban. La casualidad es que el domingo pasado, de madrugada, escuchando en el coche el programa Máis berberechos, de la Radio Galega, oímos una adaptación -libérrima y en galego- de las tribulaciones de Mammo, convertido para la ocasión en Xan Nugallán.
El relato, el de un chaval con pocas luces que fue capaz de devolver la sonrisa a la hija del Rey, corrió a cargo del actor Cándido Pazó, quien a su vez explicó que la historia se la había contado un tal Antonio de Maceda. Pazó no supo decir de dónde era el kilu Xan Nugallán. "Non teño nin idea -respondió a la pregunta de María Xosé Rodríguez, conductora del programa-, en todo caso será dun país estraño, dun país de conto". Pues bien, Mammo es de Etiopía, un país lejano pero del que muchos gallegos nos sentimos parte. Como Mammo, allí nacieron nuestros hijos y otros trescientos gallegos más.

Volviendo al enlace que nos pasa Ana, en Ethiopia Reads podéis encontrar un catálogo de historias infantiles etíopes. Se pueden comprar on line, pero la de Kilu Mammo, de la que ya se han distribuido más de 10.000 copias entre los niños de Etiopia, está agotada y no estará disponible hasta principios del 2008. Además, comprando libros de Ethiopia Reads contribuyes a la labor que desarrolla su fundador, Yohannes Gebregeorgis, que con la ayuda de la escritora e ilustradora Jane Kurtz ha creado una editora sin ánimo de lucro y una red de bibliotecas para que los niños en Etiopía tengan acceso a libros en su lengua. Además difunde en el exterior la cultura tradicional etíope a través de los libros infantiles. En la página puedes ver algunos vídeos sobre su trabajo.